La primera pregunta que todos nos hacemos antes de instalar placas solares en una casa es si son rentables, pues hace unos años había que realizar muy bien los cálculos con el fin de ver si nos convenía su instalación.
Desde el cambio de tarificación eléctrica, cuando se introdujeron los famosos tramos, y con la bajada de precio de las placas solares, casi se puede decir que siempre son rentables, aunque conviene llevar a cabo algunos cálculos antes.
Para responder a la pregunta sobre la rentabilidad, lo primero es estudiar de manera detenida el consumo eléctrico que hace la vivienda, evitando el error tan común de tomar decisiones viendo solo la factura.
De este modo, hay que ver el consumo total de la vivienda, cuántos kW se demandan por la noche y por el día, los picos de potencia, etc., olvidando por el momento el precio de la factura, pues este puede deberse a una mala elección de tarifa.
Por ejemplo, si el grueso del consumo de electricidad se hace por la noche, habría que dotar a la instalación de unas baterías de una buena capacidad, lo que aumentaría el coste de esta y su periodo de amortización.
Una vez que tenemos claro cómo es el consumo de una vivienda y cuándo se hace, hay que pensar en varios factores que tienen influencia en la rentabilidad de la instalación fotovoltaica.
El dato principal a la hora de saber si colocar placas en el tejado de una casa va a ser rentable o no es el precio de la instalación, el cual es muy variable.
Este depende de la empresa que se contrate, de la calidad de los materiales, de si hay que emplear o no baterías, y también de cómo sea el tejado, ya que si el acceso es complicado o está muy inclinado, la empresa cobrará más.
¿De qué tamaño será la instalación? A veces se tiende a sobredimensionarla, lo que influye en su coste. No hay que olvidar que a más placas los inversores tendrán que ser más potentes y caros, y que con más placas el costo será muy elevado.
Este es otro de los elementos importantes con el fin de averiguar si la instalación es rentable, y a la vez uno de los más complicados de calcular, pues no podemos saber cuál será el coste de la electricidad en unos meses, y no digamos ya en los años venideros
De todas maneras, parece que aunque ahora mismo se ha moderado, los precios bajos no van a volver.
En cuanto a estos costes, también se debe tener en cuenta a qué precio nos pagan los excedentes cuando los vertemos a la red, como en esos días de verano en los que producimos más de lo que consumimos.
A su vez, no debemos olvidar que ahora existen las baterías virtuales, lo que significa que nos guardan los excedentes y luego nos los descuentan de la factura cuando consumimos más energía de la red.
Si queremos que la energía solar sea rentable, hay que realizar un cambio de hábitos, como por ejemplo ducharnos durante el día, poner la lavadora en las horas de más sol, cocinar al mediodía, etc.
Ahorraremos más si desplazamos los consumos a las horas centrales del día, que es cuando las placas dan más kW.
La zona en la que vivimos también tiene su importancia si queremos saber si una instalación será rentable o no, puesto que no es lo mismo residir en Andalucía, con sol casi todo el año, que en Galicia, en donde una buena parte de los días serán nublados y las placas generarán menos energía eléctrica.
En estos sitios con poca luz, una de las soluciones es colocar más paneles, algo que encarece el coste inicial de la instalación.
Durante las últimas décadas hemos olvidado lo importante que es la orientación de una vivienda, para descubrirlo ahora con la subida de los precios de la energía y la colocación de las placas solares.
Una casa con el tejado orientado al sur o al este dará mucha más energía que una orientada al norte, y también hay que hablar del tema de las sombras, puesto que hay que tratar por todos los medios el que los paneles reciban sombra.
La UE está muy concienciada con el tema de la energía, de forma que es más que posible que podamos acceder a una ayuda que puede variar, pero que ahora mismo ronda el 30 %.
Eso significa que el coste total será de casi un tercio menor, lo que ayuda a que la rentabilidad sea mayor y a que las placas se amorticen en menos tiempo.
Con el fin de saber si las placas serán rentables o no, tenemos que fijarnos en el periodo de amortización y en la estimación del beneficio neto.
Podemos definir la amortización como el tiempo que vamos a necesitar para recuperar la inversión, mientras que el beneficio neto es lo que ahorramos hasta el final de la vida de las placas.
De este modo, la amortización se calcula dividiendo el coste de la instalación entre el ahorro anual. Así, si las placas nos han costado 5.000 euros y el ahorro anual es de 1.000 euros al año, el periodo de amortización es de cinco años.
Cuanto más corto sea, más rentables serán las placas y conviene que no sea mayor de esos cinco años, o que al menos no exceda el periodo de garantía de los inversores.
Sobre el beneficio neto, lo obtenemos de multiplicar el ahorro anual por los años que durarán las placas y restando el precio de la inversión. Siguiendo el ejemplo anterior serían 1.000 euros anuales multiplicados por 25 años y restando los 5.000 euros del coste de instalación.
Eso nos da un beneficio de 20.000 euros, lo que no está nada mal y nos hace ver que poner placas es una buena decisión.
Para finalizar, aquí lo complicado es calcular el ahorro anual, algo a lo que nos puede ayudar una empresa especializada en la instalación de paneles solares fotovoltaicos.
La energía fotovoltaica está considerada como una energía limpia, duradera y muy rentable....
A la hora de instalar placas solares necesitamos de algunos requisitos como son tener un tejado...